La carta que a continuación transcribiré es altamente reveladora. Un grupo de
militares de Estados Unidos, no corruptos pero ingenuos, le escribe a su
presidente Ronald Reagan para que reprima a la CÍA en su afán por encubrir
todo lo referente al asunto de los ovnis y para que les permita declarar acerca
de todas las mentiras que aquélla le ha estado diciendo al pueblo
norteamericano sobre el mismo tema.
Digo ingenuos, porque mal saben ellos que el ex presidente Ronald Reagan
seguía obedientemente las pautas de la CÍA en este particular, aparte de que
era capaz de mentir tanto como ella en este y otros temas de gran importancia
para la nación, tal como se pudo ver en el asunto Irán-Contras.
Por lo que podemos ver en el texto de la carta, los militares que la redactaron,
si bien conocían el hecho fundamental de que estábamos siendo visitados por
naves de fuera de nuestro planeta, desconocían las intenciones de nuestros
visitantes y, a lo que parece, sus actividades nada legales en su propio país.
Y menos todavía sospechaban el ignominioso pacto que su Gobierno había hecho con ellos, del que hablaremos con detención más adelante. Su ignorancia del aspecto más tenebroso del fenómeno ovni lo podemos ver en varias de sus afirmaciones a lo largo de la carta, como, por ejemplo, cuando dicen que «los accidentes fatales relacionados con los ovnis son relativamente escasos». Sin embargo, aparte de los hechos de los que se confiesan culpables, hay que abonar en su favor el haberse rebelado contra un estado de cosas que ya se ha hecho abiertamente criminal. He aquí el texto del documento.
Y menos todavía sospechaban el ignominioso pacto que su Gobierno había hecho con ellos, del que hablaremos con detención más adelante. Su ignorancia del aspecto más tenebroso del fenómeno ovni lo podemos ver en varias de sus afirmaciones a lo largo de la carta, como, por ejemplo, cuando dicen que «los accidentes fatales relacionados con los ovnis son relativamente escasos». Sin embargo, aparte de los hechos de los que se confiesan culpables, hay que abonar en su favor el haberse rebelado contra un estado de cosas que ya se ha hecho abiertamente criminal. He aquí el texto del documento.
CARTA DEL GRUPO «JUSTICIA PARA
EL PERSONAL MILITAR» (JMP) AL PRESIDENTE RONALD
REAGAN
(Copia a los miembros del Congreso y a la prensa)
4 de diciembre de 1987
PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS
La Casa Blanca
1600 Pennsylvania Ave
Washington DC 20500
Querido señor presidente:
La CIA se está burlando de nuestra Constitución. Nuestros
representantes y senadores no tienen idea de lo que los militares hemos
hecho y continuamos haciendo, porque la CÍA ha decidido que «ellos no
tienen necesidad de saberlo». Por tanto, el grupo JMP le pide a usted,
señor presidente, que emita una orden ejecutiva que obligue tanto a los
militares como al personal del Gobierno, activos o retirados, que tengan
algún conocimiento sobre el asunto de los ovnis, que testifiquen con total
inmunidad ante un comité congresional especial. La CIA no podrá objetar
nada, porque según ella «los ovnis no existen».
El encubrimiento que se ha estado llevando a cabo con relación a los
ovnis no tiene por qué escudarse en la «seguridad nacional». Tiene que
terminarse porque está minando la moral militar.
EL PERSONAL MILITAR» (JMP) AL PRESIDENTE RONALD
REAGAN
(Copia a los miembros del Congreso y a la prensa)
4 de diciembre de 1987
PRESIDENTE DE LOS ESTADOS UNIDOS
La Casa Blanca
1600 Pennsylvania Ave
Washington DC 20500
Querido señor presidente:
La CIA se está burlando de nuestra Constitución. Nuestros
representantes y senadores no tienen idea de lo que los militares hemos
hecho y continuamos haciendo, porque la CÍA ha decidido que «ellos no
tienen necesidad de saberlo». Por tanto, el grupo JMP le pide a usted,
señor presidente, que emita una orden ejecutiva que obligue tanto a los
militares como al personal del Gobierno, activos o retirados, que tengan
algún conocimiento sobre el asunto de los ovnis, que testifiquen con total
inmunidad ante un comité congresional especial. La CIA no podrá objetar
nada, porque según ella «los ovnis no existen».
El encubrimiento que se ha estado llevando a cabo con relación a los
ovnis no tiene por qué escudarse en la «seguridad nacional». Tiene que
terminarse porque está minando la moral militar.
Nuestro grupo JMP está formado por personal militar retirado que
trabajó bajo órdenes de la CÍA en el encubrimiento del fenómeno ovni.
Amparándonos en ¡a «seguridad nacional» nosotros colaboramos
intencionadamente en el engaño de los ciudadanos de nuestra nación y
manipulamos a la prensa, a los tribunales de justicia y a la mayoría de los
políticos.
El encubrimiento de los ovnis que lleva a cabo la CÍA, se está
haciendo contra los intereses del pueblo norteamericano y no contra
nuestros potenciales enemigos. La CÍA insiste en que el encubrimiento
tiene que ser mantenido por encima de todo, porque de otra manera todo
el armamento militar sería inefectivo. Pero mientras tanto, los rusos tienen
una ciudad entera dedicada a la investigación de los ovnis. La CÍA
sostiene que el personal militar a su servicio desobedecerá órdenes
cuando se refieran al asunto de los ovnis. Por ejemplo, durante la guerra
del Vietnam los pilotos se negaban a obedecer cuando recibían órdenes
de atacar a los ovnis. Como los accidentes fatales relacionados con los
ovnis son relativamente escasos (excepto en la guerra de Vietnam), la CÍA
prefiere continuar con el encubrimiento.
La NSA, NASA, CÍA, RAND y los asociados con AFOSI nos han
informado que los ovnis tienen orígenes diversos. Algunos de ellos son de
civilizaciones miles de años más avanzadas que la nuestra. La mayor
parte de lo que a ellos se refiere, sus motivos y sus actuaciones son
incomprensibles para nosotros. Poco es lo que podemos hacer para
protegernos de ellos. La Fuerza Aérea está totalmente desprovista de
recursos para enfrentarse a la situación debido a las increíbles
capacidades de vuelo de esos aparatos.
Tanto la CÍA como el Pentágono están asombrados del poder que
tienen para distorsionar el funcionamiento de todos los equipos
electrónicos de aire y tierra, y para inutilizar los sistemas de control de
armamento. La CÍA se ha propuesto, cueste lo que cueste, llegar a
conocer y reproducir el sistema de propulsión de los ovnis. Esto quiere
decir que en ocasiones se han sacrificado vidas de pilotos tratando de
perseguir y conseguir algún ovni para ver cómo es su funcionamiento.
La RAND dice que no hace falta dar explicaciones porque hechos
como ¡os de 1952, cuando gran cantidad de ovnis volaron sobre
Washington y la Casa Blanca, no van a volver a repetirse. En cambio
NORAD, al igual que muchos de nosotros en las Fuerzas Armadas, nos
oponemos radicalmente a esta continuación del encubrimiento, señalando
el posible pánico colectivo si se repite algo como lo de 1952.
Creemos que ya han muerto demasiados militares como resultado de
no haber sido convenientemente informados acerca de la existencia de los
ovnis. Y es hora de decirle a nuestras Fuerzas Armadas la verdad. Es un
crimen el continuar usando como conejos de Indias al personal militar.
trabajó bajo órdenes de la CÍA en el encubrimiento del fenómeno ovni.
Amparándonos en ¡a «seguridad nacional» nosotros colaboramos
intencionadamente en el engaño de los ciudadanos de nuestra nación y
manipulamos a la prensa, a los tribunales de justicia y a la mayoría de los
políticos.
El encubrimiento de los ovnis que lleva a cabo la CÍA, se está
haciendo contra los intereses del pueblo norteamericano y no contra
nuestros potenciales enemigos. La CÍA insiste en que el encubrimiento
tiene que ser mantenido por encima de todo, porque de otra manera todo
el armamento militar sería inefectivo. Pero mientras tanto, los rusos tienen
una ciudad entera dedicada a la investigación de los ovnis. La CÍA
sostiene que el personal militar a su servicio desobedecerá órdenes
cuando se refieran al asunto de los ovnis. Por ejemplo, durante la guerra
del Vietnam los pilotos se negaban a obedecer cuando recibían órdenes
de atacar a los ovnis. Como los accidentes fatales relacionados con los
ovnis son relativamente escasos (excepto en la guerra de Vietnam), la CÍA
prefiere continuar con el encubrimiento.
La NSA, NASA, CÍA, RAND y los asociados con AFOSI nos han
informado que los ovnis tienen orígenes diversos. Algunos de ellos son de
civilizaciones miles de años más avanzadas que la nuestra. La mayor
parte de lo que a ellos se refiere, sus motivos y sus actuaciones son
incomprensibles para nosotros. Poco es lo que podemos hacer para
protegernos de ellos. La Fuerza Aérea está totalmente desprovista de
recursos para enfrentarse a la situación debido a las increíbles
capacidades de vuelo de esos aparatos.
Tanto la CÍA como el Pentágono están asombrados del poder que
tienen para distorsionar el funcionamiento de todos los equipos
electrónicos de aire y tierra, y para inutilizar los sistemas de control de
armamento. La CÍA se ha propuesto, cueste lo que cueste, llegar a
conocer y reproducir el sistema de propulsión de los ovnis. Esto quiere
decir que en ocasiones se han sacrificado vidas de pilotos tratando de
perseguir y conseguir algún ovni para ver cómo es su funcionamiento.
La RAND dice que no hace falta dar explicaciones porque hechos
como ¡os de 1952, cuando gran cantidad de ovnis volaron sobre
Washington y la Casa Blanca, no van a volver a repetirse. En cambio
NORAD, al igual que muchos de nosotros en las Fuerzas Armadas, nos
oponemos radicalmente a esta continuación del encubrimiento, señalando
el posible pánico colectivo si se repite algo como lo de 1952.
Creemos que ya han muerto demasiados militares como resultado de
no haber sido convenientemente informados acerca de la existencia de los
ovnis. Y es hora de decirle a nuestras Fuerzas Armadas la verdad. Es un
crimen el continuar usando como conejos de Indias al personal militar.
CRÍMENES QUE HEMOS COMETIDO PRESIONADOS POR LA CÍA
Hace cuarenta años el encubrimiento se reducía a unos pocos
individuos dentro de la cúpula militar y el Gobierno; pero hoy son ya
muchos miles los que están afectados o envueltos en él. Esta política
Hace cuarenta años el encubrimiento se reducía a unos pocos
individuos dentro de la cúpula militar y el Gobierno; pero hoy son ya
muchos miles los que están afectados o envueltos en él. Esta política
engañosa de la CÍA está creando resentimiento entre el personal militar
porque se nos han dado órdenes que son contra la ley, contra nuestros
compañeros militares y contra nuestra nación. Nuestro grupo está
compuesto por muchos militares que están esperando el permiso para
testificar.
He aquí unos pocos ejemplos de las actividades engañosas que
tuvimos que realizar mientras estábamos en servicio activo:
Les dimos orden a muchos pilotos para que disparasen
contra los ovnis con la intención de derribar alguno para
estudiarlo. Esto trajo como consecuencia, en algunos casos,
la explosión del avión y la muerte de sus pilotos o su
instantánea «desaparición» junto con la del aparato. Da la
impresión de que los ovnis «monitorean» cada una de las
acciones de nuestros pilotos. Hemos analizado cientos de
fotos de ovnis y tenemos la impresión de que algunos se
mueven por control remoto.
2. Hemos hecho callar tajantemente a los pilotos que han
dicho haber visto ovnis y no les permitimos que hablen de
las persecuciones de ovnis ni entre ellos mismos.
3. Hemos interrogado, intimidado y hostigado al
personal militar de tierra que dice haber visto ovnis, hasta
«convencerlos» (exceptuados los pilotos y astronautas) de
que ellos «no vieron nada». Los hemos atemorizado con la
amenaza de largas sentencias de cárcel, si le contaban a
alguien lo que habían visto. Los hemos trasladado sin sus
familias a bases lejanas en el mundo entero, de modo que
aunque hablasen, nadie les iba a creer. Hemos encerrado a
algunos en instituciones para enfermos mentales. Los
hemos encarcelado.
Hemos destruido sus carreras y hemos hecho todo lo
posible por intimidar a los testigos de los ovnis, llenándolos
de miedo y reduciéndolos al silencio y a la duda.
4. Hemos distribuido información fraudulenta
valiéndonos para ello de los portavoces militares del
Gobierno, lo mismo que de científicos, para desacreditar
todos los avistamientos públicos de ovnis.
5. Hemos forzado a la NASA, a la FAA y a otras
agencias gubernamentales a que siguiesen las pautas de la
CIA relativas al fenómeno ovni.
6. Hemos violado al Acta de Libertad de Información,
al ocultar documentos a los que los solicitantes tenían
derecho.
7. Hemos desacreditado a los pilotos civiles que
decían públicamente haber visto ovnis y hemos forzado a
sus Compañías para que los hiciesen callar.
8. Cuando los pilotos civiles en todo el mundo decían
que habían perdido temporal mente el mando de la nave en
presencia de un ovni, y hasta cuando habían desaparecido
totalmente, nosotros nunca lo con firmábamos, a pesar de
que sabíamos que era verdad
Hemos destruido sin misericordia la reputación de
muchos extraordinarios y competentes conciudadanos que
se atrevieron a sostener que habían visto ovnis, cuando
sabíamos perfectamente que estaban diciendo la verdad,
pues nosotros mismos los habíamos visto en el radar.
10. Hemos silenciado a congresistas y senadores que
pedían información para sus representados. Estos
Congresistas son ahora socios silenciosos en este
encubrimiento y, por tanto, responsables directos de todos
los crímenes que nosotros cometemos.
muchos extraordinarios y competentes conciudadanos que
se atrevieron a sostener que habían visto ovnis, cuando
sabíamos perfectamente que estaban diciendo la verdad,
pues nosotros mismos los habíamos visto en el radar.
10. Hemos silenciado a congresistas y senadores que
pedían información para sus representados. Estos
Congresistas son ahora socios silenciosos en este
encubrimiento y, por tanto, responsables directos de todos
los crímenes que nosotros cometemos.
EL GRAN FALLO DE LA PRENSA
La campaña de desprestigio de los ovnis ordenada por la CIA en
1953 publicó libros y colocó cientos de artículos en la prensa para crear
una atmósfera de ridículo en torno al tema; creó falsos «contactos» y
bromas y los sigue creando todavía; se infiltró en los grupos más
importantes dedicados a la investigación del fenómeno y logró
ridiculizarlos y hacer que dirigiesen sus investigaciones hacia «otras
explicaciones» más racionales.
La campaña tuvo un éxito muy superior al que la CÍA hubiese
esperado, debido principalmente a la brillante manipulación de la prensa,
utilizando 'a estrategia del ridículo. La prensa «seria», por miedo a caer en
el ridículo, se tragó increíblemente todos los «comunicados oficiales»
acerca del fenómeno.
Por este miedo al ridículo, por ejemplo, y por divorciarse por
completo de todo lo relacionado con los «platillos volantes», nunca se
preguntó por qué la CÍA rehusó darle información al senador Gold-water
que por aquel entonces era presidente del Comité de Inteligencia del
Senado. Si el senador Goldwater no merece que se le informe sobre el
problema de los ovnis, ¿quién se lo merece en nuestro Gobierno? La
prensa falló en hacerse esta simple pregunta: Si «los ovnis no existen»
¿por qué la CÍA le dijo al senador Goldwater que los informes sobre los
ovnis son «datos clasificados en un nivel superior al top secret», y a
«cualquier otro secreto de los Estados Unidos?»
La campaña de desprestigio montada por la CÍA USÓ a algunos de
los cerebros más brillantes de nuestro país y poco a poco «convenció» a
muchos periodistas que la manera mejor de progresar en su profesión era
abandonando la ética periodística cuando se trataba de reportar noticias
sobre avistamientos de ovnis.
Uno de los actos más audazmente engañosos de la CÍA se refiere al
presidente Carter —que había sido testigo de un avistamiento— cuando le
sugirió a la NASA la posibilidad de hacer una investigación sobre los
ovnis. Hasta ese momento, todos nosotros los que estábamos envueltos
en la campaña de encubrimiento, pensábamos que el presidente estaría
enterado de todo desde el mismo momento de su toma de posesión, y
que se le habría informado de la enorme cantidad de dinero que se había
gastado en la investigación del fenómeno desde 1953.
La campaña de desprestigio de los ovnis ordenada por la CIA en
1953 publicó libros y colocó cientos de artículos en la prensa para crear
una atmósfera de ridículo en torno al tema; creó falsos «contactos» y
bromas y los sigue creando todavía; se infiltró en los grupos más
importantes dedicados a la investigación del fenómeno y logró
ridiculizarlos y hacer que dirigiesen sus investigaciones hacia «otras
explicaciones» más racionales.
La campaña tuvo un éxito muy superior al que la CÍA hubiese
esperado, debido principalmente a la brillante manipulación de la prensa,
utilizando 'a estrategia del ridículo. La prensa «seria», por miedo a caer en
el ridículo, se tragó increíblemente todos los «comunicados oficiales»
acerca del fenómeno.
Por este miedo al ridículo, por ejemplo, y por divorciarse por
completo de todo lo relacionado con los «platillos volantes», nunca se
preguntó por qué la CÍA rehusó darle información al senador Gold-water
que por aquel entonces era presidente del Comité de Inteligencia del
Senado. Si el senador Goldwater no merece que se le informe sobre el
problema de los ovnis, ¿quién se lo merece en nuestro Gobierno? La
prensa falló en hacerse esta simple pregunta: Si «los ovnis no existen»
¿por qué la CÍA le dijo al senador Goldwater que los informes sobre los
ovnis son «datos clasificados en un nivel superior al top secret», y a
«cualquier otro secreto de los Estados Unidos?»
La campaña de desprestigio montada por la CÍA USÓ a algunos de
los cerebros más brillantes de nuestro país y poco a poco «convenció» a
muchos periodistas que la manera mejor de progresar en su profesión era
abandonando la ética periodística cuando se trataba de reportar noticias
sobre avistamientos de ovnis.
Uno de los actos más audazmente engañosos de la CÍA se refiere al
presidente Carter —que había sido testigo de un avistamiento— cuando le
sugirió a la NASA la posibilidad de hacer una investigación sobre los
ovnis. Hasta ese momento, todos nosotros los que estábamos envueltos
en la campaña de encubrimiento, pensábamos que el presidente estaría
enterado de todo desde el mismo momento de su toma de posesión, y
que se le habría informado de la enorme cantidad de dinero que se había
gastado en la investigación del fenómeno desde 1953.
Pues bien, ¡no sabía casi nada! y a nosotros se nos hizo inconcebible
cómo el presidente de la nación había sido mantenido en la ignorancia por
la CIA.
Por aquel tiempo el equipo científico de la NASA llegó a la conclusión
de que había que terminar con el encubrimiento porque para entonces ya
casi todo el público sabía que la mayor parte de los astronautas hablan
tomado fotos de ovnis o que habían sido seguidos por ovnis y que se
veían forzados a mentirle a la prensa. Pero la CIA, poco antes de que la
NASA diese su informe para los medios de comunicación, insistió en que
había que seguir encubriendo todo lo relativo a los ovnis y la forzó a
mentirle una vez más a la prensa. Y la NASA redactó un boletín de
prensa, dictado por la CIA y contrario a las conclusiones a que habían
llegado sus científicos.
Victor Marchetti, que fue un alto cargo de la CIA, sostiene
abiertamente que muy probablemente el presidente Carter fue forzado a
participar en toda la campaña de encubrimiento dirigida por la CIA.
La mayor parte de las ridículas «explicaciones científicas» de los
avistamientos, salían de los «cuarteles de desprestigio» que la CIA tenía
montados, y eran diseminados entre el público, mayormente a través de la
Fuerza Aérea, la FAA, FBI, CIA, NASA, NORAD O el Pentágono. Las
absurdas «explicaciones» (gas de los pantanos, alguna estrella, Venus,
etc.) dadas muchas veces después de largas demoras, con frecuencia
más que explicaciones eran un insulto para la inteligencia de nuestro
pueblo. Y a pesar de que no eran ni científicas ni siquiera lógicas, eran
rápidamente aceptadas por la prensa que de esa manera se liberaba de
«otra loca historia de ovnis».
Con frecuencia, había graves contradicciones entre los informes
oficiales y lo que decían los pilotos o los controladores de radar, que no
solían tener mucho eco en la prensa.
cómo el presidente de la nación había sido mantenido en la ignorancia por
la CIA.
Por aquel tiempo el equipo científico de la NASA llegó a la conclusión
de que había que terminar con el encubrimiento porque para entonces ya
casi todo el público sabía que la mayor parte de los astronautas hablan
tomado fotos de ovnis o que habían sido seguidos por ovnis y que se
veían forzados a mentirle a la prensa. Pero la CIA, poco antes de que la
NASA diese su informe para los medios de comunicación, insistió en que
había que seguir encubriendo todo lo relativo a los ovnis y la forzó a
mentirle una vez más a la prensa. Y la NASA redactó un boletín de
prensa, dictado por la CIA y contrario a las conclusiones a que habían
llegado sus científicos.
Victor Marchetti, que fue un alto cargo de la CIA, sostiene
abiertamente que muy probablemente el presidente Carter fue forzado a
participar en toda la campaña de encubrimiento dirigida por la CIA.
La mayor parte de las ridículas «explicaciones científicas» de los
avistamientos, salían de los «cuarteles de desprestigio» que la CIA tenía
montados, y eran diseminados entre el público, mayormente a través de la
Fuerza Aérea, la FAA, FBI, CIA, NASA, NORAD O el Pentágono. Las
absurdas «explicaciones» (gas de los pantanos, alguna estrella, Venus,
etc.) dadas muchas veces después de largas demoras, con frecuencia
más que explicaciones eran un insulto para la inteligencia de nuestro
pueblo. Y a pesar de que no eran ni científicas ni siquiera lógicas, eran
rápidamente aceptadas por la prensa que de esa manera se liberaba de
«otra loca historia de ovnis».
Con frecuencia, había graves contradicciones entre los informes
oficiales y lo que decían los pilotos o los controladores de radar, que no
solían tener mucho eco en la prensa.
EL FALLO DE LA COMUNIDAD CIENTÍFICA
El proyecto «Blue Book», el «Informe Condon» y muchos científicos
notables, son parte de esta campaña de encubrimiento de la CIA. El
«Informe Condon» fue una farsa «científica» que inmediatamente fue
desenmascarada como un fraude por el extinto Profesor James E.
MacDonald. (El profesor James MacDonald apareció «suicidado» de una
manera muy extraña, poco después de haber desenmascarado el
«Informe Condon») (Nota del traductor).
Desde el momento de su aparición, dicho informe fue muy duramente
criticado por científicos (que no pertenecen a la CIA), los cuales lo
examinaron a fondo, cosa que otros, por miedo al ridículo, no han hecho e
increíblemente todavía continúan viendo al «informe Condon» como un
estudio serio. Este triunfo logrado sobre la comunidad científica es algo
que llena de satisfacción a las al-tas esferas de la «inteligencia» militar y
política.
Esta manipulación de la opinión pública norteamericana y las
técnicas avanzadas de control mental practicadas por la CIA, han sido
descritas por un doctor de la Fuerza Aérea como «fascismo psiquiátrico,
El proyecto «Blue Book», el «Informe Condon» y muchos científicos
notables, son parte de esta campaña de encubrimiento de la CIA. El
«Informe Condon» fue una farsa «científica» que inmediatamente fue
desenmascarada como un fraude por el extinto Profesor James E.
MacDonald. (El profesor James MacDonald apareció «suicidado» de una
manera muy extraña, poco después de haber desenmascarado el
«Informe Condon») (Nota del traductor).
Desde el momento de su aparición, dicho informe fue muy duramente
criticado por científicos (que no pertenecen a la CIA), los cuales lo
examinaron a fondo, cosa que otros, por miedo al ridículo, no han hecho e
increíblemente todavía continúan viendo al «informe Condon» como un
estudio serio. Este triunfo logrado sobre la comunidad científica es algo
que llena de satisfacción a las al-tas esferas de la «inteligencia» militar y
política.
Esta manipulación de la opinión pública norteamericana y las
técnicas avanzadas de control mental practicadas por la CIA, han sido
descritas por un doctor de la Fuerza Aérea como «fascismo psiquiátrico,
contradictorio con los principios de la democracia».
En la actualidad, y debido a los sistemas de detección altamente
sofisticados, se están detectando con mucha frecuencia ovnis sobre
nuestras bases y sobre los silos de misiles y se ha descubierto que son
capaces de entrometerse en los mecanismos de lanzamiento. Se los ha
fotografiado en áreas prohibidas espiando nuestros experimentos
militares, y por radar y hasta a simple vista se los ha seguido casi a diario
cruzando los cielos de Estados Unidos y Canadá.
De todas partes del mundo nos llegan noticias semejantes y debido a
ello es por lo que nos oponemos a este encubrimiento sin sentido que nos
priva de una enorme cantidad de datos científicos. Pero no podemos
hacer nada, porque la CIA controla todas las agencias de inteligencia
militar y tiene una abrumadora influencia sobre muchas agencias del
Gobierno.
Personal del FBI ha definido este encubrimiento como el mayor
crimen jamás perpetrado contra nuestro pueblo. La CIA, amparándose en
el «Interés Público Nacional» ha violado flagrantemente la letra y el
espíritu de la ley.
El Código de Justicia Militar no ofrece a nuestros soldados ninguna
protección contra esto. Nosotros como miembros del grupo «Justicia para
el Personal Militar» estamos divididos entre el deseo de mantener nuestro
juramento de secreto, y nuestro sentido de ética como ciudadanos
responsables y leales de esta gran nación nuestra.
Pero, por otro lado, estamos totalmente decididos y dedicados a
impedir que este encubrimiento siga perpetuándose en nuestra patria
libre. Si nuestro país nos exige a los militares que estemos dispuestos a
entregar nuestras vidas en su defensa, lo menos que puede hacer es
decirnos contra quién estamos luchando y por qué. Tenemos el derecho a
saberlo.
En la actualidad, y debido a los sistemas de detección altamente
sofisticados, se están detectando con mucha frecuencia ovnis sobre
nuestras bases y sobre los silos de misiles y se ha descubierto que son
capaces de entrometerse en los mecanismos de lanzamiento. Se los ha
fotografiado en áreas prohibidas espiando nuestros experimentos
militares, y por radar y hasta a simple vista se los ha seguido casi a diario
cruzando los cielos de Estados Unidos y Canadá.
De todas partes del mundo nos llegan noticias semejantes y debido a
ello es por lo que nos oponemos a este encubrimiento sin sentido que nos
priva de una enorme cantidad de datos científicos. Pero no podemos
hacer nada, porque la CIA controla todas las agencias de inteligencia
militar y tiene una abrumadora influencia sobre muchas agencias del
Gobierno.
Personal del FBI ha definido este encubrimiento como el mayor
crimen jamás perpetrado contra nuestro pueblo. La CIA, amparándose en
el «Interés Público Nacional» ha violado flagrantemente la letra y el
espíritu de la ley.
El Código de Justicia Militar no ofrece a nuestros soldados ninguna
protección contra esto. Nosotros como miembros del grupo «Justicia para
el Personal Militar» estamos divididos entre el deseo de mantener nuestro
juramento de secreto, y nuestro sentido de ética como ciudadanos
responsables y leales de esta gran nación nuestra.
Pero, por otro lado, estamos totalmente decididos y dedicados a
impedir que este encubrimiento siga perpetuándose en nuestra patria
libre. Si nuestro país nos exige a los militares que estemos dispuestos a
entregar nuestras vidas en su defensa, lo menos que puede hacer es
decirnos contra quién estamos luchando y por qué. Tenemos el derecho a
saberlo.
FIN DE LA CARTA
En esta carta omitimos intencionadamente los eventos másespectaculares en la campaña de encubrimiento de los ovnis. Creemosmás propio que sea el presidente mismo, una vez informado por la CIA,quien se lo comunique a la nación. Lamentamos el anonimato de estacarta, pero no tenemos otro remedio pues la CIA tiene el firme propósitode eliminar a cualquiera de sus súbditos que, conociendo el secreto, lodivulgue. En cuanto se nos comunique una Orden Ejecutiva, seremos losprimeros en testificar.Señor presidente, en sus manos está una oportunidad única en lahistoria de la humanidad. Con interés en nuestros corazones por laseguridad y unidad nacional respetuosamente esperamos su actuación.(Texas)JMPSan AntonioADDENDUM PARA LA PRENSAPuesto que por el momento somos todavía un grupo anónimo,queremos ofrecerle a la prensa una fuente para verificación,documentación y constatación de la mayor parte de lo que aquí decimos.En los Estados Unidos les recomendamos que tomen contacto con elastronauta Gordon L. Cooper y con las siguientes organizacionesdedicadas a la investigación de los ovnis (sigue una lista deorganizaciones incluido el Major Donald E. Keyhoe, uno de los primeros ymás famosos autores sobre el tema de los ovnis.Ninguna de las organizaciones mencionadas arriba conocía de laexistencia de la JMP antes de la publicación de esta carta de ¡a que sehan enviado 6.200 copias a la prensa de todEn esta carta omitimos intencionadamente los eventos másespectaculares en la campaña de encubrimiento de los ovnis. Creemosmás propio que sea el presidente mismo, una vez informado por la CIA,quien se lo comunique a la nación. Lamentamos el anonimato de estacarta, pero no tenemos otro remedio pues la CIA tiene el firme propósitode eliminar a cualquiera de sus súbditos que, conociendo el secreto, lodivulgue. En cuanto se nos comunique una Orden Ejecutiva, seremos losprimeros en testificar.Señor presidente, en sus manos está una oportunidad única en lahistoria de la humanidad. Con interés en nuestros corazones por laseguridad y unidad nacional respetuosamente esperamos su actuación.(Texas)JMPSan AntonioADDENDUM PARA LA PRENSAPuesto que por el momento somos todavía un grupo anónimo,queremos ofrecerle a la prensa una fuente para verificación,documentación y constatación de la mayor parte de lo que aquí decimos.En los Estados Unidos les recomendamos que tomen contacto con elastronauta Gordon L. Cooper y con las siguientes organizacionesdedicadas a la investigación de los ovnis (sigue una lista deorganizaciones incluido el Major Donald E. Keyhoe, uno de los primeros ymás famosos autores sobre el tema de los ovnis.Ninguna de las organizaciones mencionadas arriba conocía de laexistencia de la JMP antes de la publicación de esta carta de ¡a que sehan enviado 6.200 copias a la prensa de todo el mundo.En esta carta omitimos intencionadamente los eventos másespectaculares en la campaña de encubrimiento de los ovnis. Creemosmás propio que sea el presidente mismo, una vez informado por la CIA,quien se lo comunique a la nación. Lamentamos el anonimato de estacarta, pero no tenemos otro remedio pues la CIA tiene el firme propósitode eliminar a cualquiera de sus súbditos que, conociendo el secreto, lodivulgue. En cuanto se nos comunique una Orden Ejecutiva, seremos losprimeros en testificar.Señor presidente, en sus manos está una oportunidad única en lahistoria de la humanidad. Con interés en nuestros corazones por laseguridad y unidad nacional respetuosamente esperamos su actuación.(Texas)JMPSan AntonioADDENDUM PARA LA PRENSAPuesto que por el momento somos todavía un grupo anónimo,queremos ofrecerle a la prensa una fuente para verificación,documentación y constatación de la mayor parte de lo que aquí decimos.En los Estados Unidos les recomendamos que tomen contacto con elastronauta Gordon L. Cooper y con las siguientes organizacionesdedicadas a la investigación de los ovnis (sigue una lista deorganizaciones incluido el Major Donald E. Keyhoe, uno de los primeros ymás famosos autores sobre el tema de los ovnis.Ninguna de las organizaciones mencionadas arriba conocía de laexistencia de la JMP antes de la publicación de esta carta de ¡a que sehan enviado 6.200 copias a la prensa de todo el mundo.
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