Los investigadores encontraron que una alta cordillera llamada Domo Fuji contiene bolsas de aire atrapado que alcanzaron casi los 93 grados bajo cero el 10 de agosto del 2010. Su frío es tal que podría congelar los ojos, la nariz y los pulmones de un ser humano en cuestión de minutos. Según The Sunday Times, esto se explica porque su temperatura es casi 13 grados por debajo del punto en el que el dióxido de carbono (CO2) se transforma de gas a hielo seco (-78.5° C).
En el lugar conocido como Domo Fuji o Fuji Dome, opera una estación científica japonesa, la de mayor altitud de todas las desplegadas por el continente antártico. Está montada a 3.786 metros sobre el nivel del mar. Como dato comparativo, el punto más caluroso de la Tierra fue registrado – también gracias a un sensor satelital– en el desierto de Lut en el sudeste de Irán, donde se llegó a los 70,7 grados centígrados en 2005.
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